Los cargos jerárquicos aún están reservados para los hombres 2015-02-08 22:01:00
Ciudadanos La mayoría de jueces y fiscales son varones. A esto se lo conoce como "techo de cristal". La mayoría de jueces y fiscales son varones. A esto se lo conoce como "techo de cristal". A pesar de la presencia mayoritaria femenina en el sistema judicial argentino en general, tanto en la Justicia federal como en la provincial el denominado "techo de cristal" es marcado. En los tribunales federales de Córdoba, el 100 por ciento de los magistrados son hombres (a nivel nacional, siete de cada 10). Un dato fundamental para interpretar esta cifra es que en la Justicia Federal no se concursan los cargos.Iglesias & Castro: comenzar de nuevo 2015-02-05 17:23:28
Desde la emergencia a la arena política española de Podemos, los medios comenzaron a escarbar en los vínculos que este movimiento populista radical de izquierda mantenía con el régimen chavista en Venezuela. Y ciertamente, evidencias palmarias no tardaron en aparecer en forma sobre todo de vídeos, documentos y testimonios que acreditaban que Podemos cobraba cantidades millonarias a Caracas por trabajos de asesoramiento en materia electoral y de otra índole también, así como declaraciones a la TV de ese país hechas por Pablo Iglesias exaltando el modelo bolivariano. Sin embargo, Podemos y sus dirigentes, más allá de financiarse gracias a los petrodólares chavistas, nunca se ha nutrido ideológicamente del bolivarianismo si se trata de diseñar una estrategia para la toma del poder, ya que a fin de cuentas el mentor ideológico de Chávez lo fue Fidel Castro.
Pensamientos marxistas, objetivos totalitarios
"Iglesias se ha declarado marxista en más de una ocasión. Tomar el cielo por asalto en la jerga revolucionaria significa la demolición del viejo orden político, económico, jurídico, institucional y social, como condición previa para la consolidación del poder político del nuevo régimen. Nadie que conozca los rudimentos del marxismo, y en particular la teoría de la lucha de clases, puede decir que Iglesias no está poniendo con claridad las cartas sobre la mesa. Pero sus críticos mayoritariamente carecen de dicho conocimiento. Esto es también un hecho innegable"[1]. Si nos atenemos a la estrategia discursiva de Podemos, sobre todo su definición de pueblo y la equidistancia que guarda con respecto al resto de los partidos políticos, debemos admitir que este nuevo discurso populista ha tenido la habilidad suficiente para imponer a la sociedad española un límite distinto; una divisoria en la que de un lado habita la ciudadanía normal, de a pie o decente, y de otro, la elite política privilegiada o corrupta que sólo merece ser castigada por su responsabilidad moral y penal.
Tal propuesta, además de maniquea y por ende populista, es en términos políticos marcadamente totalitaria y aunque en principio parezca alejada de los totalitarismos clásicos del siglo XX, si la comparamos con la estrategia de toma del poder plasmada por Fidel Castro en su alegato de defensa "La historia me absolverá" tras el ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 y los Manifiestos de Movimiento 26 de Julio (el primero en 1955), veremos que los objetivos totalitarios de ambas formaciones, a más 60 años de distancia una de la otra, encajan muy bien.
Para intentar demostrarlo citaremos aquí la definición de pueblo según Castro, en su alegato de defensa como principal acusado del asalto a la fortaleza militar. "Entendemos como pueblo (…) la gran masa irredenta, a la que todos ofrecen y a la que todos engañan y traicionan, la que anhela una patria mejor, más digna y más justa, (…) los 700.000 que están sin trabajo, (…) los 500.000 obreros del campo, (…) los 400.000 obreros industriales y braceros, (…) los 100.000 agricultores pequeños, (…) los 30.000 maestros y profesionales, (…) los 20.000 pequeños comerciantes, (…) los 10.000 profesionales jóvenes". Está claro que todos los excluidos de esta definición no son pueblo para Castro: los banqueros, los propietarios medianos y grandes del campo y la ciudad, los rentistas, los grandes comerciantes y todos los asociados al capital norteamericano en la Isla; o sea, todo aquel que en posesión de alguna propiedad estuviera en condiciones de explotar mano de obra asalariada.
A continuación veamos la definición de pueblo que defiende Podemos: la formación de Iglesias tampoco sugiere una división de la sociedad donde prevalezca el pluralismo político, sino que lo que introduce, tal y como hacía Castro, es una simple dicotomía binaria extremadamente reduccionista al declarar que la sociedad toda –la "gente decente"– está de su lado, del suyo, por supuesto y lo que queda del otro lado es pura escoria política y moral: por tanto, repudiables y prescindibles. Podemos propone una frontera social estrictamente delimitada. La sociedad decente que asume como suya no está dividida por ideas o intereses plurales, sino que homogénea, o sea, lo que en términos marxistas recibe el nombre de "masas", esto es, una realidad total unitaria. Lo que queda fuera de esa totalidad para ellos no es sociedad, es casta política, son los invitados al Palco del Bernabéu.
Podemos constantemente impone una verdad única desde la que nos persuaden a que eliminemos nuestra originalidad esencial si no queremos sentirnos incomprendidos. Pontifican que la heterogeneidad distorsiona y resulta insolidaria. Como decía Walter Lippmann, "cuando todos piensan de la misma manera, nadie piensa"[2]. Iglesias, construyendo un nuevo discurso: la 'casta política', la 'gente', el 'empoderamiento' o el 'rescate ciudadano frente a los mercados', ha conseguido sustituir conceptos anquilosados como la lucha de clases o la burguesía, con muy escasa capacidad de movilización.
Apariencias socialdemócratas, realidades colectivistas
En cuanto a Castro, el programa planteado en "La historia me absolverá" en 1953 y luego ampliado en el Primer Manifiesto del Movimiento 26 de Julio de 1955, era de naturaleza socialdemócrata reformista, incentivando el papel del Estado en la economía capitalista en línea con políticas desarrollistas. Tal programa proponía en sus rasgos esenciales: la proscripción del latifundio, la distribución de la tierra entre las familias campesinas; concesión inembargable e intransferible de la propiedad a todos los pequeños arrendatarios; ayuda económica del Estado; reducción de impuestos. La reivindicación de todas las conquistas obreras. La industrialización inmediata del país. La rebaja de todos los alquileres: construcción por el Estado de viviendas decorosas, etc. El fomento de una red de escuelas e institutos públicos que se ocuparan de la educación y la formación, así como un sistema de salud pública de ámbito nacional. Y donde único mostraba ya su perfil de expropiador compulsivo era en la nacionalización de servicios públicos: gas, electricidad y teléfonos.
Lo primero que hacen los extorsionadores es detectar fascinantes reivindicaciones sociales que ofrecer a las "masas", sin importar quién las va a sufragar. No argumentan en detalle de dónde saldrían los fondos para financiar todo ese significativo aumento del gasto social, ni mucho menos establecen que su objetivo final sería la colectivización gradual de la gran propiedad capitalista, lo cual, como se sabe, ocurrió de manera irreversible en Cuba desde 1960. En ambos casos, de este análisis se desprende que no es el programa lo que define la esencia totalitaria de un movimiento, sino su estrategia discursiva, su sustrato político, pues una vez que se define de forma "total" al sujeto, resulta que no queda espacio para ninguna otra parte social que, por definición, no puede existir sino como la anti-sociedad o el anti-pueblo, tal y como fue haciendo a partir del año 1960 Fidel Castro en Cuba, al barrer con todo vestigio de sociedad civil para ser suplantada por un nuevo tipo de sociedad: la "sociedad estatal".
Apropiación de los conceptos de "pueblo" y "democracia"
Podemos, al igual que el Movimiento Revolucionario 26 de Julio castrista, no pretende representar a unos intereses o sentimientos políticos determinados, sino que se abroga toda la representación del pueblo español, entendido como totalidad indivisa, preexistente y antagónica de eso otro que termina por ser inevitablemente el no-pueblo. Tal y como Podemos concibe y trata al espacio político, contradice intrínsecamente al pluralismo democrático y, en ese sentido, Podemos es incuestionablemente totalitario, hipótesis que queda fehacientemente demostrada en el reciente ensayo de Jose María Ruiz Soroa, El peligro de una sociedad sin divisiones[3]. En sus declaraciones públicas palpita en Podemos ese totalitarismo de viejo cuño que ya desechó la táctica de toma del poder mediante la lucha armada y que ahora, basándose en las propias reglas del juego democrático, ha sido capaz de comenzar de nuevo y demostrar que puede conquistar el poder.
Desde esta perspectiva, la primera proclama del Movimiento 26 de Julio castrista dejaba claro que el mismo se integraba "sin odios contra nadie. No es un partido político sino un movimiento democrático-revolucionario, sus filas están abiertas para todos los cubanos que sinceramente deseen restablecer en Cuba la democracia política e implantar la justicia social. El Movimiento tiene una estructura funcional; a él podrán enrolarse jóvenes y viejos, hombres y mujeres, obreros y campesinos, estudiantes y profesionales, porque ésta ha de ser por encima de todo una revolución de pueblo, con sangre de pueblo y sudor de pueblo". El antipueblo, tanto para Iglesias como para Castro, son los "gusanos", los apátridas, los traidores, los corruptos, los representantes y aliados del capital y los poderes supranacionales; el FMI, Bruselas, o la misma Merkel.
Los nuevos demagogos de siempre
Los nuevos demagogos son grandes expertos en marketing emocional. La batalla de las ideas se pierde porque el sentimentalismo ha ocupado el lugar de la racionalidad y el argumento. Los medios se utilizan para un adoctrinamiento activo que corrompe nuestra identidad. Castro hizo un uso sistemático de la televisión para luego desbordar el estrecho marco de la pantalla, irrumpiendo cual vendaval en la Plaza de la Revolución. Hoy en día el populismo es el atajo por el cual el que desea conquistar el poder por la vía rápida, se adentra en el camino de la farsa y el cinismo, aprovechándose, de las nefastas consecuencias de la Gran Recesión en España, con su legado de alrededor de 5 millones de desempleados, así como de un modelo político agotado y en crisis sistémica debido a su incapacidad para representar al ciudadano, el irrespeto permanente a la separación de poderes, el clientelismo y el saqueo perpetuo de los fondos públicos.
Un estudio internacional del BBVA[4] que examina un amplio conjunto de percepciones de ciudadanos de 10 países europeos, corrobora que casi tres cuartas partes de los españoles no se identifican con el capitalismo y el libre mercado, al tiempo que una amplia mayoría apuesta por las políticas antiliberales, por mantener el Estado del Bienestar e incrementar el gasto público y porque el Estado garantice sanidad, educación y pensiones a todos los ciudadanos. Esto constituye un terreno abonado para que pasten sobre él las huestes del populismo más radical.
En resumen, Podemos no propone absolutamente nada nuevo. El antiguo contrato rousseauniano, adaptado a las exigencias totalitarias, travestidas de demagogia barata y populismo corriente, consiste básicamente en que el todopoderoso Estado se compromete a ofrecer –sobre todo en tiempos de bonanza, pues cuando ésta desaparece, su naturaleza asistencial se reduce a la mínima expresión– una mínima cobertura de derechos sociales y a cambio los ciudadanos, renuncian, o le son suprimidos gradualmente, sus derechos civiles: derecho a la vida y a las libertades esenciales, así como sus derechos políticos: amplio acceso a la representación y al ejercicio del poder, pluripartidismo, etc. O sea, un trueque perverso y liberticida en el cual la vinculación entre mérito y esfuerzo se suplanta por el derecho a la mediocridad compartida, obtenida sin esfuerzo alguno.
A los individuos les son escamoteados gradualmente sus derechos naturales más esenciales, como son el derecho a la vida y el derecho a la propiedad privada, entre otros sobre los que se vertebran los valores que sirven de sustento a la sociedad liberal. Los pueblos que han estado sometidos por décadas a tal despojo han sufrido amargamente las durísimas consecuencias económicas que entraña este modo de hacer política. Sin embargo, en sus inicios no suelen advertir del secuestro de la libertad que conlleva, una alienación que prostituye un valor imprescindible para vivir y ser persona. El mismo Jean Jacques Rousseau lo expresó paradójicamente en esta frase: "Pueblos libres, recordad esta máxima: Podemos adquirir la libertad, pero nunca se recupera una vez que se pierde".
[1] Navarro Vega, Armando. Podemos puede. Neo Club Press, Miami. 23 de octubre 2014.
[2] Pomés, Julio. "El secuestro de nuestra libertad". ABC, 12 de enero de 2015.
[3] Ruiz Soroa, Jose María. El peligro de una sociedad sin divisiones. Podemos no divide a la sociedad sino que coloca fuera de ella a quienes considera sus adversarios, de forma que contradice el pluralismo democrático y en ese sentido preciso es totalitario. El País, 9-1-2015. El impulso para elaborar este trabajo me surgió como resultado de la lectura de este riguroso y revelador ensayo y quiero hacerlo patente aquí.
[4] Fundación BBVA, "Valores político-económicos y la crisis económica" (2013) [www.fbbva.es]
Evo Morales asegura que en 2020 solo quiere "volver a su tierra" 2015-01-20 15:37:18
"De verdad, quiero volver a mi tierra", señaló este lunes el presidente Evo Morales, tras ratificar que no prevé modificar la Constitución Política del Estado (CPE) para viabilizar una nueva postulación consecutiva en 2019."De verdad, quiero volver a mi tierra", señaló este lunes el presidente Evo Morales, tras ratificar que no prevé modificar la Constitución Política del Estado (CPE) para viabilizar una nueva postulación consecutiva en 2019, un hecho que la actual Carta Magna impide.
En reiteradas oportunidades, sectores opositores denunciaron que el oficialismo alista la modificación de la Carta Magna con el argumento de reformar la elección de autoridades del sistema judicial del país, que a la fecha atraviesa una profunda crisis.
Grupos internacionales condenan hostigamiento por parte de Ministerio del Interior a grupos de DDHH y estudiantiles 2015-01-13 16:07:17
Pronunciamiento de WOLA y CEJIL
12 de enero de 2015
La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) condenan los recientes actos de hostigamiento e intimidación por parte del Ministerio del Interior del Perú y el Ministro Daniel Urresti hacia la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH); su Secretaria Ejecutiva, Rocío Silva Santisteban; y líderes sindicales y de movimientos sociales y estudiantiles que participaron en la manifestación del pasado 29 de diciembre de 2014 en Lima.
El 26 de diciembre de 2014 el Procurador Público en Delitos contra el Orden Público del Ministerio del Interior denunció preventivamente ante la Fiscalía Especializada en la Prevención del Delito a 20 personas identificadas como responsables de convocar públicamente a una manifestación para el 29 de diciembre de 2014 en contra de la recientemente aprobada Ley que promueve el acceso de Jóvenes al Mercado Laboral y a la Protección Social ("Ley Pulpín"). Entre los denunciados se encuentra la Secretaria Ejecutiva de la CNDDHH y líderes de algunas de las principales agrupaciones estudiantiles y gremiales del Perú.
La denuncia no se refiere a ningún hecho delictivo, sino que tuvo como objeto prevenir delitos que pudieran existir durante la protesta, advirtiendo que las personas denunciadas podrían ser responsabilizadas penalmente por su ocurrencia.
Sin perjuicio de que la manifestación del 29 de diciembre se llevó a cabo en forma pacífica y con gran concurrencia, las organizaciones firmantes consideran con preocupación que este tipo de denuncias preventivas podrían tener como efecto disuadir y limitar la protesta social y la disidencia, afectando el derecho fundamental de los miembros de toda sociedad democrática y pluralista de expresar libre y pacíficamente su acuerdo o desacuerdo con las decisiones y actitudes de sus gobernantes.
"Además, la denuncia representa un uso ilegítimo del sistema judicial penal para criminalizar y estigmatizar las actividades de los líderes de movimientos y organizaciones sociales, incluyendo defensores y defensoras de derechos humanos", dijo Viviana Krsticevic, Directora Ejecutiva de CEJIL.
Asimismo, el 26 de diciembre de 2014 fueron difundidos por Radio Programas del Perú los comentarios despectivos con los que el Ministro Urresti se refirió a la CNDDHH en oportunidad de referirse a la exhibición artística "En tu nombre". En dicha ocasión, Urresti acusó a esta organización de ser "un obstáculo para detener las acciones terroristas en tanto que defiende los derechos humanos" y acusó a la organización y a su Secretaria Ejecutiva de no dar cuenta adecuada de las fuentes de financiamiento.
Las firmantes lamentan estos dichos que pretenden desprestigiar la trayectoria de una organización que es referente en el Perú y en la región y que ha sido responsable de una fervorosa defensa de los derechos humanos de todas y todos los peruanos por más de 30 años.
"Resulta inadmisible que tales comentarios puedan ser esgrimidos impunemente por un alto representante del gobierno, especialmente teniendo en cuenta que la CNDDHH y organizaciones de la sociedad civil nacional e internacional hemos solicitado en varias ocasiones la renuncia del Ministro Urresti por estar siendo procesado por delitos de lesa humanidad como autor mediato del asesinato del periodista Hugo Bustíos", destacó Jo-Marie Burt, Asesora Principal de WOLA.
Estos episodios representan una preocupante injerencia por parte del Estado peruano en el ejercicio de la protesta social y en el trabajo de los y las defensoras de derechos humanos. WOLA y CEJIL llaman la atención al Perú sobre su deber de prevenir las descalificaciones y el uso indebido de denuncias penales en contra de los defensores y defensoras de derechos humanos, en tanto éstas pueden causar estigmatización, afectación de la integridad psíquica y limitaciones al ejercicio de la defensa de los derechos humanos.
Web: WOLA
ESPAÑA: LOS LÍMITES DE LA INDIGNACIÓN 2013-02-15 04:39:00
La coincidencia de escándalos de todo orden que afectan de lleno a las principales instituciones españolas se traduce en una intensa movilización social como no se había registrado en las últimas décadas. En muchos aspectos la actual situación recuerda los momentos de la llamada "transición" cuando el viejo orden franquista se derrumbaba para dar paso a la democracia.
En la presente coyuntura demasiadas cosas están en tela de juicio: el modelo económico, por mediocre; el sistema político, por su bipartidismo excluyente y tramposo; la administración, por la intensa y generalizada corrupción en torno al uso de los recursos públicos; los partidos (con honrosas y escasas excepciones) por su desprestigio y manifiesta incapacidad; la Iglesia, por mantenerse anclada en el "nacional-catolicismo" y ser portavoz entusiasta de las expresiones más reaccionarias de la moral; el gremio empresarial (en particular los banqueros) por ser los responsables principales del mayor desastre económico que se registre en las últimas décadas, y para que no faltara nada importante en este cuadro de desgracias, la misma Corona, con un rey y su familia hundidos en escándalos de todo tipo y sin encontrar aún alguna salida que garantice su continuidad. Ya no son voces aisladas las que proponen la disolución de la monarquía y la vuelta a la república; la bandera tricolor de Riego aparece con mayor frecuencia en calles y plazas, ya no solo empuñada por viejos nostálgicos sino por gentes cada vez más jóvenes.
Como guinda del pastel, unos líderes políticos tan mediocres que hasta se duda de la idea según la cual ya no era posible encontrar un dirigente de mayor candidez, irresponsabilidad y falta de brillo como los atribuidos al anterior gobernante, Rodríguez Zapatero. Cada mañana trae nuevas sorpresas y la indignación popular no cesa. Si el gobierno confiaba en el cansancio de los movilizados, tal parece que alimentó una esperanza inútil. Y si las denuncias de pagos indebidos a los políticos, la contabilidad doble y otras prácticas corruptas en los partidos (especialmente en el PP) terminan por confirmarse, las posibilidades de caída del gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones ya no serían solamente la exigencia ciudadana sino una necesidad impostergable ante una crisis de dimensiones catastróficas para el país.
El partido de gobierno (PP) parece fiarse de los lentos y engorrosos procesos judiciales para ganar tiempo y esperar a que se calme la tempestad. Confían igualmente en ver a finales de este año algunos síntomas de mejora económica. Sin embargo, ambas suposiciones carecen de fundamento. La dimensión de los escándalos es tal que ni los jueces más benignos (o venales) pueden ya tapar tanta podredumbre sin crear un escándalo mayor ni los expertos más optimistas pronostican un futuro económico mejor. Los datos inducen mucho más a la preocupación cuando no directamente al pesimismo.
En este panorama desolador ni PP ni PSOE pasan de los mutuos reproches (el famoso "y tú, más corrupto que yo") ni el resto de las fuerzas opositoras (minoritarias) conforman un bloque con suficiente entidad como para poner en riesgo la estrategia neoliberal que han sostenido "socialistas" y "populares"en los últimos años y que está en la raíz misma del problema. En el mejor de los casos -tanto aquí como en el resto de la Unión Europea- la solución que se ofrece a la ciudadanía es una versión edulcorada de la misma estrategia económica neoliberal, o sea, una versión menos perversa y sobre todo sin las actuaciones delictivas practicadas por banqueros, empresarios de todos los pelambres y políticos venales. Una renovación moral de la política pero manteniendo en lo fundamental la hegemonía del mercado; en pocas palabras, un capitalismo salvaje, pero no tanto.
La cuestión de mayor interés es sin duda la perspectiva real de la respuesta ciudadana. Fraccionada en diversos grupos e iniciativas, comprende las fuerzas tradicionales de la izquierda (parlamentaria, sindical, asociativa) y múltiples movimientos e iniciativas que responden a reivindicaciones particulares cuando no a puras manifestaciones espontáneas que por su misma naturaleza muestran grandes dificultades para mantenerse en el tiempo y sobre todo para articularse como una fuerza efectiva que traduzca sus exigencias en cambios reales, poniendo de nuevo de manifiesto que no basta con indignarse, que no basta con tener razón.
Las fuerzas tradicionales de la izquierda se mueven prisioneras de prácticas y formas que apenas tienen eco entre las nuevas generaciones, acompañadas de una enorme falta de reflejos fruto seguramente de sus no pocos vicios burocráticos y en cierta medida porque son percibidos por muchos como partes del problema y no como agentes de cambio. Por su parte, las iniciativas surgidas del movimiento espontáneo de protesta (los diversos grupos de "indignados") pasan pronto de la euforia y el entusiasmo de los primeros días a una cierta incertidumbre cuando se ven confrontados por la tradicional disyuntiva de cómo combinar adecuadamente espontaneidad y organización, cómo mantener vivas las diversas formas de democracia directa, de ausencia de estructuras jerárquicas que tan bien funcionan en los inicios del movimiento, con la necesidad de dar formas orgánicas y delegadas de poder cuando se trata de gestionar eficazmente las reivindicaciones. Frente a las autoridades o frente a los empresarios no basta con la bulliciosa y alegre movilización en calles y plazas; inevitablemente se impone la necesidad de administrar las fuerzas y negociar con el poder.
Así al menos se comprueba en aquellos sectores que han sabido combinar de forma creativa la relación entre la fuerza de la espontaneidad de la multitud movilizada y la necesidad de negociar a través de dirigentes honestos y representativos. En efecto, las protestas de los trabajadores de la salud, la educación o el sistema judicial, provistos tradicionalmente de organización sindical han conseguido mantener formas masivas de lucha y hacer efectivas al mismo tiempo las formas del poder delegado. No se ha sacrificado la espontaneidad de las masas, se ha alcanzado permanencia y cohesión del movimiento y se han constituido en negociadores eficaces a través de sus organizaciones gremiales. Algo similar se produce con la protesta de los ahorradores estafados por los bancos o con las miles de familias expulsadas de sus viviendas igualmente por las entidades bancarias. Unos y otros han sabido convertir la indignación espontánea de cientos de miles de afectados en formas propias de organización que presionan de manera muy eficaz y han conseguido algunos triunfos parciales. Miles de estafados (sobre todo pensionistas de escasos recursos) invaden a diario bancos, cajas de ahorro y ayuntamientos para exigir que les devuelvan sus ahorros, al tiempo que un grupo de sus dirigentes y asesores técnicos negocian con las autoridades una salida justa a sus reclamaciones. Los desahuciados, por su parte, movilizan sus piquetes para impedir la expulsión de las familias pero al mismo tiempo se han armado de una eficaz organización que gestiona sus reivindicaciones. Esta misma semana su portavoz oficial ha llevado su clamor hasta el mismo Parlamento protagonizando un duro enfrentamiento con los políticos y con el representante de los bancos (su discurso ha dado la vuelta al mundo, gracias a los modernos sistemas de comunicación).
Nadie se atreve a estas horas a predecir qué va a suceder en España sumida en la más profunda crisis de las últimas décadas. Por supuesto, cabe siempre la posibilidad de que el sistema consiga prolongarse haciendo un lavado de cara (incluida la monarquía). Todo depende del vigor y la eficacia de las fuerzas de la oposición social y política. Si todos los grupos que conforman la protesta lograran unificarse en torno a un programa básico de reformas y si como muchos vaticinan, unas elecciones anticipadas son inevitables, las perspectivas de un cambio substancial no son pocas. En realidad, muchas alternativas están abiertas y tampoco falta quien sostenga que el sistema, ante el riesgo de verse sometido a cambios radicales, optará por la violenta superación del mismo marco legal vigente de la que en su día se llamó "la transición modélica". Ya ha ocurrido en Grecia.
"Basta de amenazas": Argentina denuncia un complot de los jueces y de los fondos buitre 2014-08-14 18:59:56
El jefe de gabinete argentino, Jorge Capitanich, ha denunciado una "confabulación" entre los fondos buitre y "el sistema judicial" de EE.UU. que según él tiene por objetivo perjudicar a Argentina en la reestructuración de su deuda. Fuente
Instalan comisión que convocará a elección de consejo directivo de Sunedu y Sociedad civil seguirá de cerca proceso de compra 2015 de Qali Warma
Transportistas trujillanos amenazados de muerte y Fuerza Popular pidió una moción de interpelación para el ministro del Interior
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