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El ministro de Justicia negó irregularidades en los aportes que recibió el nacionalismo en la campaña del 2011Testimonios chilenos e internacionales sobre el saqueo del Perú durante la Guerra del Salitre.- Chile ladrón: El saqueo del Perú (Segunda Parte) 2015-02-18 19:03:00
Escribe: César Vásquez BazánDoctor en Estudios Internacionales, Universidad de DenverEconomista, Universidad de San Marcos de LimaCorreo electrónico: cesar.vasquez@yahoo.comCHILE LADRÓN:EL SAQUEO DEL PERÚ DURANTE LA GUERRA DEL SALITRE
Parte I: La usurpación chilena del territorio peruanoParte II: Testimonios chilenos e internacionales sobre el saqueo del PerúParte III: Principales saqueos chilenos en el Perú durante la Guerra del Salitre Parte IV: Leyes de guerra aceptadas por Chile en 1879

Ilustración I-1Balneario de Chorrillos saqueado y destruido por el ejército de Chile13 de enero de 1881
Ilustración I-2Saqueo de Chorrillos por el ejército de Chile
Ilustración I-3Soldados chilenos saqueando ChorrillosEn 1879, Perú sufrió una guerra de agresión y conquista territorial planificada con años de antelación por la República de Chile. Muchos tienen presente que el territorio peruano fue desmembrado con el robo de Tarapacá y Arica (49 mil kilómetros cuadrados). Sin embargo, lo que no se recuerda es que en la Guerra del Salitre, entre 1879 y 1884, las fuerzas armadas de Chile cometieron en el Perú crimenes de lesa humanidad. Fue además una expresión de repudio racista contra una nación constituida por cholos, mestizos e indios.
Para llevarla adelante, el gobierno de Chile adquirió la experiencia necesaria "pacificando" la Araucania y cancelando la vida de miles de pobladores indígenas, habitantes originarios del propio Chile.
Las acciones en las que se vieron envueltas las tropas chilenas durante la invasión del Perú configuran crímenes horrendos: genocidio, violación y saqueo. Burlándose de la Convención de Ginebra de 1864, aceptada por Chile, las tropas invasoras "repasaron" a los heridos peruanos degollándolos, destrozándoles el cráneo a culatazos, o traspasándolos a bayonetazos. Fusilaron a los prisioneros, asesinándolos con la mayor frialdad.
Chile no mostró respeto ni humanidad con los vencidos. Siguiendo repetidas órdenes de su comando, el ejército de Chile se enorgullecía de "no tomar prisioneros". Triste condición la de un país cuyos principales "héroes" militares empañaron su foja de servicios con los crímenes de guerra cometidos en el Perú.
A los peruanos de toda condición "repasados" por la cuchillada aleve de los invasores debe añadirse las violaciones de las mujeres de decenas de pueblos peruanos que fueron salvajemente humilladas, vejadas, y muchas de ellas asesinadas por los soldados chilenos.
Asimismo, hogares, pueblos, iglesias, haciendas e instituciones públicas y privadas, fueron saqueados, incendiados y destruidos por las tropas de ocupación, que remitían conscientes a Chile el botín de la rapiña.
Inclusive, después de 1879, en las primeras décadas del siglo XX, cuando Tacna y Arica se encontraban ocupadas por los invasores, la política oficial del gobierno chileno –conocida como "chilenización"– violentó, e incluso asesinó, a los peruanos que en esa tierra –su propia tierra– levantaban la bandera de Bolognesi, Grau y Cáceres y se negaban a adoptar la nacionalidad chilena.
Las conductas que describimos ilustran la manera en que el ejército de Chile procedió entre 1879 y 1884. El genocidio, desmembramiento territorial y saqueo del Perú cometidos por Chile es historia que no puede borrarse. Trasunta el pasado y problematiza gravemente el futuro. Para los peruanos es una lección que debemos mantener presente, no sólo por patriotismo y dignidad, sino por mero instinto de conservación nacional.
Los pueblos del Perú, Chile y Bolivia deben tomar conciencia de la gravedad y extensión de los crímenes cometidos por las fuerzas armadas chilenas en el Perú entre 1879 y 1884. Específicamente, el presente artículo ha sido preparado con la finalidad que se conozcan los saqueos y robos cometidos en nombre de Chile, contra el Perú y los peruanos, durante el Conflicto del Salitre. La descripción de las acciones de pillaje que se presentan están sustentados con evidencias documentales, muchas de ellas chilenas, que demuestran la responsabilidad histórica del país del sur en la ejecución de los citados crímenes de guerra.
IEl saqueo del Perú
La Guerra del Salitre se desarrolló entre 1879 y 1884. A lo largo de esos cinco años, el ejército de Chile saqueó el Perú a su voluntad. Al entrar a las ciudades y pueblos peruanos, el ejército de Chile se apoderaba violentamente –o bajo amenaza de incurrir en violencia– de los objetos de valor que encontraba en el lugar.
Algunos de los múltiples robos chilenos en Lima fueron mencionados por Jorge Basadre: "Los chilenos se apoderaron de las rentas del Municipio [de Lima] que servían para la educación; se llevaron leones, lebreles y otras estatuas de los paseos públicos de Lima, así como los cañones de la fortaleza del Callao y saquearon diversos establecimientos públicos y privados. Entre ellos estuvieron la Biblioteca Nacional despojada de muchos de sus libros; la Universidad de San Marcos a la que se dejó sin biblioteca, sin parte del archivo, sin gabinetes de Química y de Física, sin muebles en la sala del Consejo Universitario, acentuándose estas pérdidas en la Facultad de Medicina; la Escuela de Ingenieros que resultó sin biblioteca, archivo, laboratorio, útiles, instrumentos, máquinas, vidrieras, enseres; la Escuela Militar privada de libros y muebles y hasta de ollas y de platos para los alumnos; la Escuela de Artes y Oficios, desmantelada; el Colegio de Guadalupe; el Palacio de la Exposición del que fueron extraídos animales raros, estatuas y todo lo movible; el Jardín Botánico; la fábrica de pólvora donde desaparecieron toda la maquinaria, los enseres, útiles, herramientas, existencias, materias primas, la madera y otros objetos del edificio tal como las lozas del piso; la Sociedad Fundadores de la Independencia, sin los retratos de San Martín, Bolívar y otros; la imprenta del Estado íntegramente deshecha así como la imprenta de La Patria aunque era de propiedad particular" (Basadre 1968-70, VIII: 326-327).
La relación es incompleta y a ella debe añadirse el saqueo del Archivo Nacional, el robo de la maquinaria de la Casa de la Moneda, la sustracción de los instrumentos del Observatorio Astronómico, el robo del reloj de Pedro Ruiz Gallo, el robo del Monumento al 2 de Mayo destinado al Callao, el robo de los objetos de la la Hacienda Montalván, la sustracción de dinero en efectivo, valores, monederos, ganado, metales preciosos, joyas, relojes, pianos, muebles, libros, artículos de decoración del hogar, rejas de fierro, piezas arqueológicas, antigüedades, custodias sagradas, ornamentos de oro y plata de las iglesias, bordados y joyas de las efigies de los santos, relojes de los campanarios, obras de arte, pinturas, cuadros, bancos de mármol, rieles de ferrocarril, fuentes, farolas ornamentales, postes de alumbrado público, bancas de piedra tallada, imágenes de los cementerios, y hasta las estatuas de mármol de George Washington y Abraham Lincoln, que fueron colocadas luego en el patio del Edificio Central de Correos en Santiago.
IIAlgunos testimonios sobre el saqueo del Perú
Existen testimonios abundantes del saqueo chileno del Perú. Tratando de dar una idea inicial, genérica e imparcial sobre los robos efectuados por el ejército de Chile en nuestro país, se ha seleccionado un conjunto de testimonios, preparados por autores chilenos, estadounidenses y franceses, de los que no puede sospecharse inclinación en favor del Perú.
II-1. Testimonio del periódico chileno El Barbero
El historiador chileno Milton Godoy Orellana publicó en el año 2011 algunas de las caricaturas de la época de la guerra, provenientes del periódico chileno El Barbero, y que ilustraban los robos ejecutados por la soldadesca chilena. En la primera de ellas, aparecida en la edición del 29 de noviembre de 1879, el general chileno manco Erasmo Escala Arriagada se acerca a tierra llevando sobre los hombros el producto de los robos y saqueos perpetrados en el Perú. En la segunda, tomada de la edición del 16 de diciembre de 1879, se muestra a dos soldados chilenos. El primero de ellos sostiene en los brazos los robos realizados en Iquique y Tarapacá; el otro lleva una canasta con el producto de los hurtos en los territorios peruanos de Pisagua, Dolores, Agua Santa, Pozo Almonte, y La Noria y en los pueblos bolivianos de Cobija y Tocopilla.
Ilustración II-1Robos en el Perú del general chileno Erasmo EscalaEl Barbero, 29 de noviembre de 1879(Godoy 2011, 317)
Ilustración II-2Robos de Chile en los departamentos del sur del Perú y litoral bolivianoEl Barbero, 16 de diciembre de 1879(Godoy 2011, 317)II-2. Testimonio del periódico chileno El Padre Cobos
El padre Cobos, periódico de Santiago de Chile, publicó en su edición del 3 de abril de 1883 una caricatura referente al robo de las estatuas de mármol de los leones de Lima. En ella aparece el intendente de Santiago de Chile, Guillermo Mackenna, cargando un león extraido del Perú, uno de la decena de leones de mármol robados por Chile de la ciudad de Lima. El ministro de Guerra de Chile, José Manuel Balmaceda llama la atención a Mackenna jalándole la oreja, por no efectuar con mayor reserva el traslado a Santiago de los leones peruanos. El hurto es celebrado por la "alta" sociedad de Santiago.
Ilustración II-3El robo de las estatuas de mármol de los leones de LimaEl Padre Cobos, Santiago de Chile, 3 de abril de 1883 (Godoy 2011, 319)II-3. Testimonio del Contralmirante Patricio Lynch
El Contralmirante Patricio Lynch reconoció en su Memoria de 1882 que antes de hacerse cargo de la jefatura del ejército invasor, "particulares chilenos" ya habían remitido a Chile muchos objetos pertenecientes al Estado Peruano, entre ellos "un Gabinete de Física de la Escuela de Medicina, útiles, tipos y máquinas de la Imprenta de El Peruano [Imprenta del Estado], Biblioteca [Nacional], mobiliarios y otros valiosos artículos" (Lynch 1882, 148). Los "particulares" a los cuales se refiere Lynch son los ladrones de uniforme Pedro Lagos Marchant y Segundo Maturana y los ladrones civiles Isidoro Errázuriz y Luis E. Castro.
Ilustración II-4Reconocimiento del Contralmirante Lynch del saqueo chileno de Lima en 1881(Lynch 1882, 148)
II-4. Testimonio del Diario Oficial de Chile
El Diario Oficial de la República de Chile, editado en Santiago, publicó el informe del rector de la Universidad de Chile, Ignacio Domeyko, enviado al ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, Manuel García de la Huerta, sobre los libros de la Biblioteca Nacional del Perú, materiales de enseñanza de la Universidad de San Marcos, y objetos científicos extraidos del Perú y remitidos a la Universidad de Chile por la Intendencia General del ejército chileno.
En el documento de dieciséis páginas y fechado en Santiago el 3 de agosto de 1881, el rector de la Universidad de Chile explica que cumpliendo con lo dispuesto en el decreto supremo del 22 de marzo de 1881, da cuenta de haber recibido, provenientes del Perú, "una multitud de objetos" repartidos en setentaicuatro cajones y ochenta bultos. Entre los objetos saqueados a los que tuvo acceso Domeyko se encontraron:
— Instrumentos y aparatos para la enseñanza de la física y de la química— Una colección de muestras para la química orgánica y farmacia— Preparaciones anatómicas— Objetos de historia natural— Más de diez mil volúmenes de libros, muchos de ellos publicados en el siglo XVI y XVII, incluyendo múltiples joyas bibliográficas universales, y— Una colección geológica de rocas
El informe viene acompañado de la Lista de los libros traídos del Perú, que constituye testimonio oficial del robo ejecutado por el ejército de Chile de los objetos listados por Domeyko.
La relación de objetos se encuentra ordenada por cajones y presenta los libros y especies numerados y con indicación de su tamaño y el número de volúmenes que incluye cada uno. En las páginas interiores del Diario Oficial continuó la publicación del contenido de cada uno de los cajones.
El informe del Rector y la Lista de los libros traídos del Perú aparecieron en tres entregas del Diario Oficial de la República de Chile, en las ediciones de los días lunes 22, martes 23, y miércoles 24 de agosto de 1881 (Año V, números 1,315, 1316 y 1317).

Ilustración II-5Informe del Rector de la Universidad de Chile Ignacio Domeyko(Diario Oficial de la República de Chile, Santiago, Año V, número 1,315, lunes 22 de agosto de 1881)

Ilustración II-6Lista de los libros traídos del Perú (Continuación)(Diario Oficial de la República de Chile, Santiago, Año V, número 1,316, martes 23 de agosto de 1881)

Ilustración II-7Lista de los libros traídos del Perú (Continuación)
(Diario Oficial de la República de Chile, Santiago, Año V, número 1,317, miércoles 24 de agosto de 1881)
II-5. Testimonio del General chileno Cornelio Saavedra
Ilustración II-8Cornelio Saavedra, general de brigada y general en jefe del ejército de operaciones chileno. Además de convertir el Palacio de Gobierno del Perú en un burdel, con prostitutas traidas de Valparaíso y Santiago, los decretos de Saavedra durante la ocupación de Lima constituyen prueba irrefutable del saqueo chileno de nuestro país.
Ilustración II-9Decreto de creación de la Oficina Chilena Recaudadora de Contribuciones de Guerra (Ahumada 1982, V: 280-281)El 5 de marzo de 1881, cumpliendo órdenes del Gobierno de Chile transmitidas por el Ministro de Guerra en campaña José Francisco Vergara, el general chileno Cornelio Saavedra estableció un organismo encargado de centralizar el saqueo del Perú. Su nombre oficial fue Oficina Recaudadora de Contribuciones de Guerra aunque en realidad debió haberse llamado Oficina Central del Gobierno de Chile para el Saqueo del Perú.
El organismo chileno creado por Saavedra fue responsabilizado de "tomar a su cargo e inventariar los objetos y especies de todo género que contengan los edificios y establecimientos públicos [del Estado Peruano] de que ha tomado posesión el ejército [chileno]". Esta primera atribución de identificación de los objetos a robar resulta ser una confesión de parte. Permite responsabilizar específicamente al gobierno y ejército de Chile por el saqueo del Perú. Además, puede inferirse que el latrocinio se extendería, sin excepción, a los objetos y especies de todo género propiedad del Estado Peruano.
La segunda responsabilidad del organismo creado por Cornelio Saavedra fue la de "indicar todo lo que le pertenezca a la administración pública [peruana] y de que no esté en posesión el ejército, para dictar las medidas convenientes". Éstas últimas consistían en apoderarse de estas propiedades peruanas a las que los chilenos no habían podido aún meterlas en el saco.
También se le encargó a esta Oficina "averiguar y tomar conocimiento de las especies que hayan sido remitidas a Chile, su destino y remitente". El inciso hace notar que desde antes del 5 de marzo de 1881 los jefes, oficiales y soldadesca de Chile habían estado levantando en peso al Perú y llevándose el patrimonio peruano a Chile.
La cuarta atribución de la Oficina fue la de "proponer las remesas que convenga hacer a Chile y efectuar las que se acuerden, facturando las especies con todos sus detalles y una valorización prudencial, dirigiéndolas a quienes corresponda, según acuerdo".
La anterior es otra grave confesión chilena: a partir del 5 de marzo de 1881 todas las remisiones de bienes peruanos a Santiago serían por acuerdo del comando de los invasores y estarían dirigidas a quienes ese comando estime conveniente. De esta manera, los más altos jefes chilenos quedaron envueltos en el robo de los bienes peruanos. No pueden negar su responsabilidad en el saqueo del Perú autoridades de la ocupación como Manuel Baquedano, Cornelio Saavedra, Patricio Lynch, Pedro Lagos, Segundo Maturana, etc. Por ello, podemos llamar a esta gente ladrones, con propiedad y sin insultarlos en absoluto. Sus propios decretos los ponen en evidencia.
La quinta y sexta atribuciones del organismo chileno fueron las de proponer y cobrar las exacciones en dinero a las que se sometería a los peruanos. La disposición violó el Derecho Internacional vigente en 1881 y consistió en un verdadero robo a mano armada perpetrado por los agentes del gobierno chileno.
Para que no quede ningún cabo suelto, la séptima atribución de la Oficina de Robos creada por Saavedra fue la de ser la interventora de los organismos e instituciones del Perú, con la finalidad de succionar los fondos con que pudieran contar. El ejemplo más conocido es el de la intervención chilena en la Municipalidad de Lima, por la que los invasores se adueñaron de los fondos de esta entidad, incluyendo los destinados a financiar la educación pública, los cuales también fueron remitidos a Chile.
Por supuesto, el saqueo no debería limitarse a Lima. La Oficina quedó encargada de "establecer con idéntico objeto sucursales fuera de Lima y otros puntos ocupados por el ejército".
El general Cornelio Saavedra, nombró para dirigir el organismo a Álvaro Francisco Alvarado, funcionario chileno que provenía de la Intendencia General del Ejército y Armada en campaña.
II-6. Testimonio del Ministro de Guerra y Marina de Chile, Manuel García de la Huerta
Los saqueos efectuados por las tropas invasoras chilenas en el Perú trajeron consigo el surgimiento de disputas acerca de quiénes deberían quedarse con el botín. Al respecto surgieron dos posiciones.
La primera de ellas fue enunciada por jefes y oficiales chilenos que sostuvieron que ellos deberían ser quienes se apropien del botín y dispongan su destino final. El más caracterizado de estos jefes fue el coronel Pedro Lagos Marchant, quien se distinguió por destinar personalmente sus robos –por ejemplo de los Gabinetes de Física y Química, libros y muestras mineralógicas de la Universidad de San Marcos– a las entidades y/o individuos de su predilección.
Al apellido Lagos debe añadirse otros nombres como los del general Marcos Segundo Maturana, el mayor Anacleto Valenzuela y el coronel José Francisco Gana. Existe evidencia escrita que Maturana robó antigüedades peruanas y las "obsequió" al Museo del Louvre en Francia, en tanto que Valenzuela "regalaba" los volúmenes que pudo hurtar de la Biblioteca Nacional del Perú al historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna. Por su lado, Gana destinaba sus robos a Talca, su ciudad natal.
La segunda posición fue sostenida por la soldadesca chilena que se apropió de todo lo que pudo para dedicarlo a su venta posterior. Los chilenos desvalijaron objetos y libros de diversas instituciones peruanas, robos que después comercializaron para obtener unos cuantos centavos. Los objetos y libros que no pudieron ser extraídos de los recintos en que se encontraban guardados fueron destruídos en su mayoría.
En este contexto de saqueo chileno del patrimonio peruano es que debe entenderse la orden del 8 de abril de 1881 del ministro de Guerra y Marina de Chile, Manuel García de la Huerta, a Manuel Baquedano, Comandante en Jefe del Ejército de Operaciones del Norte. La disposición del ministro García reivindica para el estado chileno la propiedad exclusiva de los "objetos pertenecientes a la nación peruana" y autoriza a tomar las medidas necesarias para que los jefes, oficiales y soldados chilenos no se apoderen del producto de los saqueos.
El ministro de de Guerra y Marina de Chile ordena que los envíos a Chile sean "directos y a la orden del Gobierno" y que incluyan "la correspondiente nómina tan detallada como sea posible". De esta manera, asegura, "el Gobierno tendrá las facilidades necesarias para comisionar oportunamente a las autoridades o funcionarios que deban encargarse de su recepción y distribución en los diversos establecimientos del Estado".
Esta orden oficial de un ministro de Chile es otra prueba del saqueo chileno del patrimonio peruano durante la Guerra del Salitre.
Ilustración II-10Edicto del ministro de Guerra y Marina de Chile en el que se reitera las órdenes con respecto al saqueo de los "objetos pertenecientes a la nación peruana". El funcionario precisó que el producto de los robos en el Perú pertenecía al Estado chileno. El edicto está fechado 8 de abril de 1881.(Varas 1884, 327)II-7. Testimonio de Isaac P. Christiancy, Embajador de EE. UU. en Perú
El 16 de marzo de 1881, el Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos en el Perú, Isaac P. Christiancy, informó al Secretario de Estado de los Estados Unidos, James G. Blaine, sobre el saqueo de Lima por las fuerzas chilenas. El Embajador Christiancy menciona los saqueos de la Biblioteca Nacional, el Palacio de la Exposición, el Jardín Zoológico, la Escuela de Medicina de San Fernando y la Escuela de Artes y Oficios. El despacho de Christiancy, extraído de fuentes oficiales estadounidenses, reviste significativa importancia histórica porque presenta el testimonio del embajador de un país neutral sobre el pillaje perpetrado en Lima por el ejército de Chile.

Ilustración II-11Despacho del 16 de marzo de 1881 del Embajador de Estados Unidos en el Perú al Secretario de Estado de los Estados Unidos sobre el saqueo chileno de Lima
(United States Department of State 1882, 465-466)
TraducciónNo. 312El Sr. Christiancy al Sr. Blaine. No. 256] Legación de los Estados UnidosLima, Perú, marzo 16, 1881. (Recibida abril 11.)
Señor:
En referencia a mi despacho No. 254 (último párrafo), tengo el honor de informar a Ud. que desde su remisión he averiguado que, inclusive desde antes que dicha carta fuera escrita, el íntegro de la biblioteca pública, conocida como la "Biblioteca de San Pedro", en Lima, perteneciente al Gobierno del Perú –la más grande y valiosa de Sudamérica– ya había sido robada por los chilenos y puesta a bordo de la flota para ser enviada a Chile.
De la misma manera, con anterioridad y desde la fecha de dicho despacho, estoy informado que los chilenos se apropiaron de todas los cuadros y pinturas existentes en la sede y edificios del Palacio de la Exposición, perteneciente a la Sociedad de Beneficencia de Lima, toda la colección de animales del Jardín Zoológico y todo lo que de valor pudiera ser robado; el laboratorio y las pertenencias de la Escuela de Medicina [de San Fernando], por un valor superior a medio millón de dólares, y todo lo que pudiera extraerse de la Escuela de Artes de Lima, consistente en modelos, maquinaria, etc., para la enseñanza de las artes, las ciencias y los diversos oficios. Esta Escuela de Artes pertenecía al Gobierno del Perú.
Para mí, estos actos constituyen una violación de las leyes de la guerra civilizada y exigen la más seria protesta en nombre de las naciones civilizadas; habiéndome pronunciado en favor que el Cuerpo Diplomático aquí acreditado efectúe dicha protesta. Estoy satisfecho que la gran mayoría del Cuerpo Diplomático se una a ella; sin embargo, hay algunos que, a pesar de concordar en que es contrario a los principios modernos de la guerra, piensan que por razones de política, no es lo mejor efectuar la protesta por miedo a que el Gobierno chileno se forme prejuicios en contra de los neutrales aquí.
Ayer se realizó una reunión del Cuerpo Diplomático en atención a una sugerencia que formulé el día anterior. Sin embargo, caí enfermo la noche anterior y me fue totalmente imposible asistir. Entiendo que el Cuerpo Diplomático no ha adoptado ninguna acción al respecto.
I. P. Christiancy
II-8. Testimonio del observador estadounidense Albert G. Browne Jr.
Albert Browne Jr. fue un escritor estadounidense que publicó en 1884, en el Journal of the American Geographical Society of New York, un artículo en que hizo una exégesis de Chile. La obra se tituló The Growing Power of the Republic of Chile. Testigo que visitó el país en esos años, Browne relató que en una de las alas del Congreso chileno se había abierto una Sala de Exposición de pinturas y estatuas, algunas de ellas "saqueadas de Lima" por el ejército invasor. "La principal es la muy conocida pintura de Montero Los Funerales de Atahualpa" (Browne 1884, 63).
Ilustración II-12Albert G. Browne Jr. escribió sobre Los Funerales de Atahualpa, pintura saqueada de Lima por el ejército chileno y colocada en el edificio del Congreso de ese país.(Browne 1884, 63)
Ilustración II-13Los Funerales de AtahualpaGrabado aparecido en el libro de Hutchinson Two Years in Peru(Hutchinson 1873, frontispicio)II-9. Testimonio de William E. Curtis, Jefe de la Oficina de Repúblicas Americanas
El estadounidense William E. Curtis publicó en 1888 su libro The Capitals of Spanish America. Dos de los capítulos de la obra están dedicados a Lima y Santiago de Chile. Como observador imparcial, al describir ambas ciudades, William Curtis proporcionó un importante testimonio del pillaje y destrucción cometidos por el ejército de Chile en Lima, a partir de 1881. Copiamos y ofrecemos la traducción de los siguientes párrafos:
1. Saqueo de Lima
Ilustración II-14Saqueo y destrucción ejecutados por Chile(Curtis 1888, 367)"Los soldados de Chile cortaron los magníficos árboles de los parques, los existentes a lo largo de los bulevares, e incluso los del Jardín Botánico, para utilizarlos como combustible; todo el museo de curiosidades del Perú [el Palacio de la Exposición], uno de los más grandes y mejores del mundo, fue encajonado y enviado a Santiago. Tras el pillaje del Palacio de la Exposición robaron los libros de la Biblioteca Nacional. Saquearon la propiedad privada y birlaron pinturas históricas que fueron recortadas de sus marcos. El mejor cuadro del Perú –Los Funerales de Atahualpa, el último de los Incas– obra de Montero, fue robado de la pared donde estaba colocado, pero las protestas del cuerpo diplomático indujeron a los chilenos a devolverlo. Las iglesias y las casas privadas fueron despojadas de manera similar, quemándose lo que no pudo robarse. Nada fue sagrado ante los ojos de estos vándalos modernos, cuyo propósito fue el de privar a los peruanos de todo lo que apreciaban" (Curtis 1888, 367).
Ilustración II-15Saqueo del Perú por el ejército de Chile(Curtis 1888, 391)"El Perú fue vencido, conquistado y colocado en incapacidad de resistir. Su ejército fue destruido y sus ciudadanos, que con las armas que pudieron reunir trataron de defender su capital, fueron aniquilados como la hierba que enfrenta a la guadaña. Escasamente hubo alguna voz que se alzó en defensa de las mujeres y los niños. Entonces comenzó el saqueo. Las armas de Chile fueron la dinamita y el petróleo, destruyéndose diariamente millones de dólares en propiedad privada, hasta que los chilenos se cansaron del asesinato, la rapiña, el pillaje y la devastación" (Curtis 1888, 391).
Ilustración II-16Robos del ejército de Chile
(Curtis 1888, 377)
"En este momento el país está postrado, efecto de una prolongada guerra durante la cual [el Perú] fue despojado de todo lo que el ejército de Chile pudo llevarse" (Curtis 1888, 377).
2. Destino de lo saqueado: Santiago de Chile
Ilustración II-17Los leones y animales robados por el ejército chileno del Zoológico de Lima fueron enviados a Santiago.(Curtis 1888, 470)"En el otro extremo de la [avenida de la] Alameda [en Santiago de Chile] se encuentra la sede de la Exposición y de los Jardines Hortícolas, construidos con un buen estilo, y mejorados hasta el grado más elevado de la arquitectura del paisaje. Se encuentra allí un buen edificio de piedra y vidrio, una copia en miniatura del Crystal Palace [Palacio de Cristal] de Londres, que sirve de sede al Museo Nacional de Chile, cuyo contenido, en su mayoría, fue robado del Perú durante la última guerra. Se ha añadido un jardín zoológico, para exhibir, como contrabando de guerra, los animales traídos del Perú, al igual que las curiosidades del museo [Palacio de la Exposición de Lima]. El elefante murió por la severidad del clima, dos de los leones se perdieron por la misma causa, y las demás especies del Jardín Zoológico están sufriendo los efectos de un frío al que no están acostumbradas" (Curtis 1888, 470).

Ilustración II-18Chile no respetó ni los ornamentos de los altares de las iglesias.(Curtis 1888, 471-472)"En todos los sitios a los cuales uno va en Santiago y en otras ciudades de Chile, puede verse los ornamentos saqueados sin piedad del Perú, las estatuas y las fuentes, las farolas ornamentales, los bancos de piedra tallada ubicados en los parques y en la Alameda [de Santiago], y casi todo lo que embellece las calles.
Los transportes enviados con tropas al Callao traían de regreso cargamentos de pianos, cuadros, muebles, libros y artículos de decoración del hogar, saqueados de las casas de los peruanos.
Se robó postes de alumbrado público, arrancados de sus cimientos, bellas rejas de fierro, imágenes de los cementerios, ornamentos de plata de los altares de las iglesias, estatuas de los parques y las calles, y todo lo que podía caer en manos de los ladrones y vándalos chilenos.
Se extrajeron los relojes de los campanarios de las iglesias, uno de los cuales fue colocado en el mercado de Santiago. Incluso, las efigies de los santos fueron levantadas de sus altares y despojadas de los bordados y joyas recibidos de sus devotos. El turista estadounidense se lleva una sorpresa al entrar al patio de la oficina de correos en Santiago, en el que se erigen dos estatuas de mármol de George Washington y Abraham Lincoln, como fantasmas inesperados ante él. Su presencia no se anuncia en ninguna de las guías turísticas, lo que se explica por el hecho de que fueron traídas del Perú, al igual que casi todo lo demás de este tipo en Chile" (Curtis 1888, 471-472).
Ilustración II-19Mercado Central de Santiago, en 1920, mostrando uno de los relojes robados de la capital peruana por el ejército chileno(Curtis 1888, 471-472)II-10. Testimonio del New York Herald
El diario New York Herald, de Nueva York, Estados Unidos, informó el 7 de septiembre de 1883 sobre el saqueo del Perú por las fuerzas armadas chilenas. La siguiente es una traducción del artículo:


Ilustración II-20El New York Herald informó sobre el saqueo del Perú.
7 de septiembre de 1883
(Anónimo 1884, 11-12)
II-11. Testimonio del Teniente de la Armada Francesa Eugène Le Léon
El teniente de la Armada Francesa Eugène Le Léon participó en la Guerra del Salitre como agregado al Estado Mayor del ejército chileno en campaña a Lima. En París, en 1883, Le Léon publicó sus Souvenir's d'une mission a L'Armée Chilienne (Recuerdos de una misión en el ejército chileno). De visibles simpatías prochilenas, los relatos del teniente francés no pueden ser acusados de parcialización con el Perú y usualmente repiten las versiones oficiales chilenas.
En Souvenir's, Le Léon dedicó un breve párrafo a describir el botín robado por los invasores. El militar francés escribió al respecto: "Los transportes [chilenos]… se llevaban las armas tomadas, las municiones, las colecciones del museo de artillería, las maquinarias de la fábrica de pólvora; en una palabra, todo aquello que tenía algún valor" (Le Léon 1883, 93; Ahumada 1982, VI: 259).
Ilustración II-21Portada de Souvenir's d'une mission a L'Armée Chilienne obra del teniente de navío de la Armada Francesa Eugène Le Léon
Ilustración II-22Le Léon informa sobre el botín saqueado de Lima(Le Léon 1883, 93)
Ilustración II-23 Traducción chilena del texto de Le Léon(Ahumada 1982, VI: 259)II-12. Testimonio del Teniente de la Armada Francesa Albert Davin
El Teniente de Navío de la Armada Francesa Albert Davin visitó el Perú durante la Guerra del Salitre y publicó en 1886 el libro 50 000 milles dans l'Océan Pacifique en el que registró lass observaciones siguientes, en cuanto al saqueo chileno de Lima: "Todo lo que podía ser tomado [por los chilenos] fue sustraído a los laicos: utensilios de laboratorio, las colecciones, las bibliotecas, las anclas, las cadenas e incluso los pisos de los cuarteles de Lima" (Davin 2006, 30).
III
Obras consultadas
Ahumada Moreno, Pascual. 1884. Guerra del Pacífico. Recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias, y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia. Tomo I. Valparaíso: Imprenta del Progreso,
Ahumada Moreno, Pascual. 1982. Guerra del Pacífico. Recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias, y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia. Tomo V. Santiago: Editorial Andrés Bello.
Ahumada, Pascual. 1889. Guerra del Pacífico. Recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias, y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia. Tomo VI. Valparaíso: Imprenta y Librería Americana.
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Roy Gates asesor de Ollanta Humala renunció 2015-02-10 17:30:12
Roy Gates renunció al cargo de asesor jurídico del presidente Ollanta Humala. El Poder Ejecutivo aceptó su pedido, el cual fue oficializado mediante una resolución publicada hoy en el diario oficial El Peruano.
Roy Gates se desempeñó en el cargo desde el 4 de agosto de 2011, durante tres años y seis meses.
La aceptación de su renuncia se da en conformidad con lo dispuesto en la Ley N° 29158, Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, y la Ley N° 27594, Ley que regula la participación del Poder Ejecutivo en el nombramiento y designación de funcionarios públicos.
Su renuncia se da meses después de que exprocuradora Yeni Vilcatoma denunciara que el abogado usó su cargo para interferir en la investigación contra Martín Belaunde Lossio por el caso 'La Centralita'.
“La labor de un consejero de asuntos jurídicos es brindar asesoria en la materia de su especialidad, ya bien sea al presidete de turno o a algun otro personal del despacho presidencial. El ministro de Justicia es el asesor legal del Gobierno (…) No existe ninguna incompatibilidad”, dijo Roy Gates tras la denuncia.
Cabe indicar que, tras las acusaciones de Vilcatoma, Eduardo Roy Gates es investigado por la Segunda Fiscalía Especializada en Delito de Corrupción de Funcionarios.
Fuente: La República
Justicia dota de nuevos fiscales a Anticorrupción y refuerza la lucha contra la criminalidad informática 2015-02-06 09:58:27
El Consejo de Ministros, a propuesta del ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha aprobado este viernes la ampliación de la plantilla fiscal en 66 plazas, con lo que el Ministerio Público contará con un total de 2.473 efectivos. Cuatro plazas se han destinado a la Fiscalía General del Estado -dos para trabajar en asuntos relacionados con la Criminalidad Informática y otras dos lo harán en temas de Cooperación Penal Internacional- mientras que se crean cuatro nuevas plazas para la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad organizada.Figallo: No me reuní con CNM el día de suspensión a Ramos Heredia 2015-01-03 06:37:00
El ministro de Justicia Daniel Figallo afirmó en diálogo con RPP Noticias que ´nunca ha tenido una reunión´ con el presidente del CNM, Pablo Talavera Elguera, ni con sus consejeros. Fuente
¿Qué sabemos de El Consejo de Defensa?
Maldición del canon minero y La Voz del Lector: Caos vehicular por hueco en av.Faucett
Per
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